Así como así, de repente nos dimos cuenta que estábamos aquí, que nos encontrábamos viviendo mundos y sintonías diferentes, viviendo una vida poco acostumbrada, que mueve la estantería todo el tiempo, que rota pensamientos en la capocha sin pedir permiso, sin estancarse en algo, en una idea fija, dejando fluir, sin un reloj que te vigile el tiempo. Conocés, vivís mucho más atento a las pequeñas cosas. A la vida del otro. A tu vida, esa que una vez barajó y esta acá. Haciendo lo que siempre quiso hacer.
“Ahora enos aquí”. Rodando por las coloridas carreteras americanas mirando con nuestra mejor cara de pasado, saludando a todo ser que camina sin saber su portada ni de què está hecho, abriendo sus puertas. Tratando de captar su esencia. Compartiendo.
Ecuador fue un país lleno de claves. Lleno de cirscunstancias. Un país súper complejo que cambia como las horas que tardàs en manejarlas, buscás un pullover y te ponés ojotas. Podès desayunar un rico café con pan casero en la Amazonìa con un mono mirando de reojo; hacer unos kilometros y almorzar en el frìo de la cordillera central rodeado de verdes y fachadas de ensueño y hacès unos kilómetros màs y podès cenar una buena sopa de camarones en la mismìsima playa junto al sol, todo en un dìa. Todo está al alcance de la mano, las distancias, el mercado, los patacones, la gasolina. Todo rinde, hasta el presupuesto rinde. Pasen y disfruten que asì pasò Ecuador.
Mompiche
Dos gotas de agua.
Puchero.
Vista balcón flia. Vega. Muchas gracias por los tamales.
Autor: Eduardo Vega. Obra: Sacando el alma de la Tierra, 5 x 3.50 m, terracota con esmaltes y engobes. Palacio de Carondelet, vestìbulo de la Vicepresidencia, Quito.
Prendido a la magia de los caminos, el dodge va...
“Después de allí deseé empezar a volver en muchos aspectos. Ecuador es el centro del mundo. Fue un país central también para mí. La línea que divide, que separa, el cero. Buen lugar para llegar y para volver a empezar”
Libro “ De Banfield a México” Sergio Mercurio
